Para cuándo… ¿Realmente llegó el fin?
Por Mtro. Daniel Fajardo
El utilizar como bandera simbólica la salida de “En Familia con Chabelo” como un referente para señalar el fin de la era analógica en nuestro país, queda un poco fuera de lugar con la realidad de la manera en la que se debe ver lo que realmente apuntaría a una nueva era de la comunicación en México.
No es solo hablar de aspectos técnicos, de un eslogan que denote modernidad ni tampoco de una reestructura en la manera como se presentarán los contenidos sino por el contrario, el cambio es algo más de fondo que de forma, la visión debe enfocarse mas bien en estos, la manera de producirlos y los objetivos de los mismos.
La tecnología superó al pensamiento
Es curioso que la tecnología, un proceso que lleva tiempo no solo de desarrollo sino además de implementación (lo pudimos constatar con la campaña del “apagón analógico” y lo que representó en infraestructura y obsequio de televisores), pudiera rebasar en prontitud a un cambio que solamente radica en la decisión de los ejecutivos y dueños de las televisoras para hacer las cosas diferente.
En las primeras dos semanas en las que el programa de Chabelo salió del aire ha quedado exhibida la poca variedad de recursos con los que cuenta Televisa, ¿presentar películas?, ¿lo mismo que se hace los sábados?, si esa era la alternativa, ¿por lo menos representa un avance en el raiting?, ni siquiera se tenía un plan B para el espacio y si se buscaba, entre muchas cosas que este acto fuera una bandera para el fin de la era analógica en la comunicación, no solo hubiera entrado una propuesta diferente de manera inmediata para ocupar el horario de domingo por la mañana, sino además este cambio se hubiera visto reflejado en muchos otros espacios y temas a lo largo de la programación que se difunde a través de todos los canales de televisión abierta.
Ejecutivos de la era analógica
¿Es necesario un cambio?, a título personal lo puedo afirmar, pero en realidad la decisión es de aquellos que dirigen estos medios y quienes tienen una idea de lo que quieren lograr y si la forma de conducir la comunicación en televisión abierta en nuestro país les deja satisfechos, lo que si es para señalarse quizás como un dato curioso y lo que me motivó a escribir el tema de la columna de esta edición, es la analogía de la evolución de lo que en apariencia era más complejo de lograr (tecnología) y el estancamiento de un fórmula que por muchos años se ha camuflajeado bajo un texto publicitario de evolución pero que a la práctica seguirá estático por lo visto aun por mucho tiempo. Hablar del fin y el inicio de una nueva manera de hacer contenidos en televisión abierta parece seguirá siendo un pensamiento utópico.